Entrada 116.
-Al menos Lébregas, me ha permitido comprender todo. -sostuvo Pollier cansado de procesar tanta información.
-Al menos Lébregas, me ha permitido comprender todo. -sostuvo Pollier cansado de procesar tanta información.
-Comprendo que
todo esto me ha sucedido por ser tan miserable. Es la respuesta a mis
mezquindades, y que, cuando se ahondan, se fisura la esencia de uno mismo.
-Martín Pollier se colocó frente al teniente y, sin dudarlo, le ofreció el
arma.
-Ofrecí señores
aventuras fuera de nosotros mismos, en cambio amigos, debí entregar aventuras
en nuestros propios corazones, y cuando
finalmente, determiné convertirme en el más despiadado de los piratas, sólo
conseguí tristeza, sinsabores, y amarguras.
Porque, no es la aventura, fuera
de uno mismo la más atractiva, sino la que entrega el afecto más cercano de la
familia. Y yo por salir al mundo, olvidé a los míos, olvidé mis raíces, y los
lancé a la deriva.
Señores, permítanme desahogarme. Sólo por
esta vez, reconoceré que estuve equivocado; mis desvaríos han llevado a mi
familia a la perdición. Nada será igual que antes. En cuanto a lo que a mí
respecta, me corresponde dar cristiana sepultura a esos dos seres de vidas
truncadas, para que al final descansen en paz. Porque, solo en la verdad los
rostros se vuelven a descubrir iluminados, y esta larga noche en el pueblo,
llega lentamente a su fin. No se pueden exacerbar los hechos, simplemente, cabe
cambiar la dirección de estos acontecimientos, a pesar de todo, la vida debe
continuar, y las inquietudes repentinas deben desaparecer. A propósito,
Lébregas. ¿Dónde enterraron a esos pequeños seres?
-En las islas
señor...
-¡Teniente!
Prepare un barco, forme una tropa, cargue combustible y suba alimentos para una
semana. Iremos a esas islas; yo no puedo seguir esperando; si el mar lo
permite, estaremos en dos días allá. ¡Vamos, vamos! No perdamos tiempo.
-Señor, no
será necesario. La tripulación del Alborean acaba de llegar.
-Cuando el
viento sopla a favor, solo se espera que se hinchen las velas. ¡Vamos teniente,
vamos Lébregas!